"....y me habías traído el vestido azul y ensayábamos con el micrófono nuevo. Y te hacía caso cuando desde la cabina me gritabas ¡no afines..!. Pero enseguida me desperté, con el i-pod encendido y ya no no vivía más en esa ciudad, ni tenía dieciséis años porque en mi cabeza sonaban una canción..."
Foto y texto: Georgina Rôo.
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